posesión de aquella mesa reservada con fidelidad tácita por aquel servidor de confianza le proporcionaba una sensación de bienestar desconocida. Entonces le pareció recordar al camarero, aunque por el momento sólo consiguiese visualizar sus manos, las manos venosas y algo temblonas que le traían el plato de sopa. Deberíaocuparsedesímismo.Nuncacomo ahora tuvo necesidad de ayuda. ¿Dónde estaban sus amigos, dónde dormían? ¿Quién podría auxiliarle? De pronto comprendió que su posición no era