cualquier caso, necesitaba cubrir la huida con medidas cotidianas muy contrarias a lo fantástico del acontecimiento. Paradójicamente, un barrio extraño y sin historia, la última construcción, era el encargado de dar fin a esa loca espantada por la ciudad de su memoria. Bien.Debíaempezaraocuparsedesímismo. Desde que cruzara la ciudad a paso de carga protegido por las sombras de las vías secundarias, tan decidido a huir que sólo el extraño apresamiento de que aquel