se funda en la pretendida rigidez funcional de todos nuestros órganos: incluso nuestro cerebro estaría totalmente preformado o programado genéticamente, al igual que el corazón o el ojo, de modo que la idea de que podamos aprender a hablar es tan absurda comolaideadequeelcorazóndebeaprendera desempeñar su función. Éstas son las dos únicas razones que Chomsky esgrime para sostener el innatismo. Como veremos en seguida, ninguna de ellas es válida. El argumento basado en el