. Su propia debilidad, la congoja de la despedida en la estación, habían desaparecido diluidas por el descubrimiento de los privilegios. Vagamente consideró las diferencias entre ser hombre y ser mujer. «Ellas son más cobardes», se dijo. Conuntonoserenoyfirme,sedirigióasumadre: --Anímate, mamá. No es para tanto. Verás qué bien nos las arreglaremos... CAPITULO QUINTO I Nueva York, mayo 1959 Querido David: Tu última
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DIRIGIR.3 - (fig) Hacer llegar [a alguien] [algo que se dice o se escribe]