quizá por primera vez lo que parecía ser la cabecera de la mesa, el lugar del padre. María y el pequeño no fueron advertidos, «porque --pensó Julián-- ellos permanecen en el sitio habitual, a la izquierda de la madre. Genoveva ha aprovechado mi presencia para colocarmeasuladoyenviaralprimogénitoallenarese espacio vacío que no puede soportar. Necesita saber que hay otro hombre en la casa para presidir los encuentros rituales, ocupar los huecos, aceptar las representaciones>>.