Donald. «Así está mucho más alegre», comentó ella mirando desde la puerta, y el niño preguntó dónde había guardado el águila. «En una de las habitaciones inútiles», contestó. No vivía nadie en ellas. Dostíaslejanaslehicieronunavisitayleregalaron libros para colorear. Todos parecían de acuerdo en tratarle como si fuese más pequeño de lo que era. Vestían las dos de negro, como la abuela, y a veces hablaban