responsabilidades en ausencia del abuelo. Al día siguiente pasó varias horas hablando de su hijo, el padre de Miguel. Le gustaba recordar su infancia, revivir sus rabietas y sus risas, sus tristezas. Al salir de la habitación se llevó las estampas delpapaylavirgenyobservóvacilanteelcrucifijo. Miguel tuvo toda aquella noche el cuerpo empapado en sudor. Intentaba pensar en mil cosas para distraerse y no cesaba de ensayar diferentes posturas en la cama. Ya