mientras la oía decir entre dientes: --Hay cosas que no podemos permitir, ni tú, ni yo, ni nadie. Vamos a tener que tomar cartas en el asunto. ¿Con quién estaba hablando? No parecía que hubiera nadie más en la cocina. Miguel permaneció inmóvilobservandocómoseponíaenpie.Aunque había perdido todo temor a ser descubierto fuera de la cama, en ningún momento se le ocurrió la idea de ayudarla. Volvió al rincón oscuro