el primero en llegar y también el abuelo le saludó brevemente porque tenía asuntos urgentes que resolver. León Alberto no había olvidado su conversación con Miguel y le había traído un ejemplar de su libro. «Abrelo por la primera página», dijo con su sonrisaincompleta.Elniñoobedecióyencontróuna desconcertante dedicatoria: Para Miguel linfático nacer entre ruinas crepusculares De León Alberto bardo de nardos entre los cardos. El hombrecillo de labios finos se sentó cerca de Miguel y se