barrio, sonreirá finalmente a la vasta blancura, la increíble nevada de ratoncitos que, como el aprendiz de brujo de la leyenda, ha suscitado con su senil intemperancia y desidia sobre la menesterosa y consternada ciudad. SINTOMAS DE PANICO Hay que rendirse a la abrumadora evidencia: Africa empiezaenlosbulevares.Eltrechocomprendido entre el Rex y la Porte Saint Denis se ha convertido desde hace algún tiempo en un auténtico mercadillo o bazar ambulante: los moradores de los pulcros y