menos ridícula y presuntuosa: el valor central, ecuménico de esa sublime y grotesca península del extremo suroeste de Europa que presenta en los mapas la desgarbada forma de un pellejo de capra hispánica puesto a secar bocabajo con el morro tendido hacia la costa africana. Pero el Gran Bang no empezó,comosuponía,enelvetustochaléromántico de la Bonanova donde le parió su madre: la diminuta esfera terrestre en que gira alrededor de un astro local y a la postre insignificante no merece