ya lo haces», piensa el viejo. «Contándome tu verdadera vida. Enseñandome cómo hay que entregarse, sin guardarse ninguna carta... », y contesta: --Tienes razón, siempre tienes razón... Yo tuve mássuerte.Nocaíaenesastrampasporqueaprendí de los animales, que engañan menos... Pero crecí sin maestro. -Ni siquiera Dunka -se atreve a desafiar Hortensia. -Ni siquiera Dunka -reconoce el hombre, para alegría