, el anuncio del peligro, el comentario prohibido. --Que no salga de aquí --decía un contertulio. Bajaban la voz para que las palabras no pasaran más allá de la puerta de cristales, cerrada ya con llave. «Comosilaspalabras--pensabaDavid--pudieranescapar y saltar a la calle, igual que las canicas cuando se abre la mano.» --Me han dicho, lo sé de buena tinta... Novedades terribles, rumores tristes. David