veranos brumosos despertó en la memoria de Julián. Mañanas en la playa, vestidos y calzados, a la espera del rayo salvador que ablandara al ama y les permitiera bañarse. Tardes de malecón con las madres muy arregladas jugando a las cartas en los cafés. Losniñosseescapabanhastaellas,pedíanunbolado. Las madres acariciaban rápidas sus mejillas, repartían azucarillos, quejumbrosas pedían: --Ama, lléveselos al monte con la merienda. Cojan los chubasqueros