a los tertulianos, pero sólo llegó un mozo con un paquete para el abuelo. Contenía un ejemplar de Cenáculo en el Tabernáculo, con una dedicatoria que Miguel no pudo entender: Eres el íncubo inexorable que fecunda su insolencia-impotencia-indolencia con las mieles falsarias de la gloria. Un consejo: aprendeajoder(te). En las dos semanas siguientes, el abuelo sólo entró cuatro veces en el dormitorio de su nieto para hacerle compañía o darle las buenas noches.