varias gotas de cera candente sin que él pareciera advertirlo. Pasado un momento de silencio, su voz sonó lúgubre: --¿Miguel? El niño asintió con la cabeza, al tiempo que tragaba saliva, más asustado que nunca. Pero el hombre sonrióuninstanteyleacariciólamejilla. Como entre sueños, pudo Miguel ver de nuevo la dolorosa costra de cera y oír aquella misma voz lúgubre, casi un susurro ahora: --Es hora de dormir.
TER:011.03
ACARICIAR.1a - Tocar con suavidad [a alguien o una parte del cuerpo a alguien], especialmente con las manos, como muestra de cariño o afecto