la barra de la sillita como a un timón: recias, abultadas de venas, pero vivas y ágiles todavía. Compara con las manitas de Brunettino y entonces sí que se derrite su corazón. Esos puñitos, esos deditos, ¡cómo serán cuando derribenaunrival,cuandoacaricienunospechos jóvenes...! «Yo no lo veré, niñito mío, ni tú lo sabrás, pero soy yo quien te está haciendo hombre. Te he salvado del medicucho y te
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ACARICIAR.1a - Tocar con suavidad [a alguien o una parte del cuerpo a alguien], especialmente con las manos, como muestra de cariño o afecto