El refinado ambiente que impregna el aire del despacho, lleno de tacto, comprensión y eficacia, se desinfla como un globo. La eminencia y Andrea cambian una mirada. Ella se azora: -¡Qué cosas dice usted, papá! Encantado del efecto producido, el viejo les observa.Elprofesorensartaunasfrasessobreprocesos imprevisibles, evoluciones atípicas, esperanzas..., pero ha perdido seguridad. El viejo le ataja: -¿Semanas?... ¿Meses?... ¿Quizás un año?...