y el brazo también mojado bajo su cuello, mientras la cabeza se bamboleaba a la derecha, a la izquierda, y las espesas nalgas sudadas también iban y venían en un oleaje que llenaba la cama de agua. Sólo cuando el grueso vientreerasacudidoporespasmos,sólocuandoempezaba el zureo de paloma, sólo entonces Pancho penetraba a la Teresa, vente chiquita, vente y no estaba dentro de ella cinco minutos cuando ya la mujer se había venido en una