lo que gusten. Sólo las carcajadas de Pebrotines rompieron el hosco silencio. --Este que está de espaldas --continuó describiendo la voz-- soy yo, hace un montón de años, estrechando la mano de un ministro tras haber concertado un importante acuerdo sumamente beneficioso paraelpaís.Observencómoelministrosecubre la cara con el pañuelo. --Está usted igual --apostilló Pebrotines. --Debo advertirles --dijo la voz-- que en todas las diapositivas en las