en trances parecidos y sé de qué va la cosa. La diferencia estriba en que yo me ponía a cantar como un jilguero al primer sopapo y usted se ha portado como un héroe. --Le agradezco el encomio --dijo el profesor--, pero¿dequémesirvesacarbuenasnotassihemos perdido a María Pandora? Sólo entonces caí en la cuenta de que se habían llevado no sólo a la periodista, sino el edredón de la Emilia de propina.