que viviera en casa. Mamá dijo: "Es una santa." Pero eso a ti no te conmovía, no creías en esas cosas. "Está sufriendo tanto...", dijo después. Su marido, alcoholizado, le pegaba para obligarla a prostituirse. Tampoco esa desgracia logró emocionarte. Pero ella se fue quedando un día y otro, y tú no te atreviste a echarla. Y años más tarde fue ella la que incitó a mamá para que