GABRIELA.- Qué va. Al contrario. Te estoy muy agradecida. Si alguna vez estás muy desesperado y no tienes con quién acostarte, llamame. Yo encantada, aunque tenga novio o esté casada. Te marchas ya, ¿verdad? JUAN.- (Culpable, apesadumbrado.) Creo que sí. (Gabriela va hacia el lateral izquierdo y habla a los que se hallan en el otro salón.) GABRIELA.- Mamá, Matilde, ya podéis