cambio, el petróleo, los «chips» o la electrónica, son cosas innecesarias que hoy día resultan imprescindibles. Vivimos en un mundo técnico, no sentimental. JUAN.- Pretenden engañarse ustedes mismos. Se mienten. Se infunden valor, pero viven aislados en su lujo y en su corrupción. Están solos y se sienten miserables. MATILDE.- ¡Qué absurdo! Yo jamás me he sentido eso. ¿Y tú? JULIA.- Tampoco. JAVIER.