le, avanzan sobre él. Leoncio, preocupadísimo, lanza hacia ellos dos o tres zarpazos acompañados de nuevos rugidos amorfos, fofos, que no logran ya intimidar a nadie. Entonces trata de huir pasando entre los dos. Estos empiezan a descargar golpes sobre él al mismo tiempo que exclaman.) LORISTO.- ¡Abajo Leoncio el desdentado! BURROTE.- ¡Abajo Leoncio el desuñado!