madera, bajo el sauce y frente a la fuente, seca ya desde hacía tiempo. Un aliento de muerte envolvía ahora lo que, años atrás, había sido el escenario mágico de nuestro juego predilecto. Sólo quedaba el romero que dibujaba los caminos del jardín y los árboles y matas que no habían necesitado para sobrevivir más que el agua que les había caído del cielo. Todas las demás plantas habían muerto y permanecían allí, secas y olvidadas, tentando a la memoria,
SUR:036.10
DIBUJAR.1 - Trazar una figura sobre una superficie