Ni yo. RAMON.- Lo haré, mamá. ADELA.- (A Ernesto, que esta apagando las distintas lámparas de mesa o de pie.) ¡Todas las luces! (A Eduardo.) Tú no te muevas, cariño. Estás bien donde estás. (Sombrío, Eduardo no responde. Ernesto apaga la última lámpara y la escena queda a oscuras. Unicamente el tenue resplandor de la noche y de la luna llena a través del ventana.)