dijo la Emilia derribando de una patada la silla que yo acababa de enderezar-- hemos de hacer para terminar con esta puñetera pesadilla? --Llegar hasta el fondo del asunto y derrotar a nuestros enemigos en su propio terreno. Se te antojará esto una proposición temeraria, infantil y presuntuosa, pero no hay, que yo sepa, otra salida. Otrosí digo que lo mejor que podemos hacer es proseguir esta amena plática en otro lugar, porque mientras sigamos aquí nuestras vidas corren serio