(Se suena disimulando las lágrimas.) Estoy un poco constipado, sabes. Sí, te lo juro. Soy un ridículo, por mucho que te empeñes, lo soy y ya está. Un idiota. ¿Quieres más lechuga? ¡No te comas el dedo, coño! Ahora que porque estaba yo en el hospital, si no, de qué. Ese siempre hace lo mismo. Como sabía que si me quedaba aquí ella se iba conmigo, me da un