tenéis a destajo: el agua está a calentar y voces da el estropajo. TODAS.- ¡Ay! (Se levantan.) ROCIO.- Yo a esto no me hago. A mí me gusta restregar mis dorados, enjalbegar bien mis paredes. Hasta las piedras de la calle las tengo yo fregadas. No se me caen los anillos por eso. ¡Qué bien puestos los tengo! MONTSERRAT.- ¡Finísima!