Han pasado demasiadas cosas para que sigamos mintiendonos. TEO.- Ha sido una lenta transfusión: de sangre revolucionaria a horchata de chufas. (Se ríe de sí mismo.) Si hubiera usado lentillas a tiempo no me habría equivocado tanto. He repartido mis abrazos a gente sin futuro. Debía haber estado en Suresnes, por lo menos, llevandole un cafetito al compañero Isidoro. Habría hecho carrera y hubiera acabado con una pensión maja, esperando el infarto en Marbella