rasgos generales de ese capítulo de actividades humanas que podría llamarse los Trabajos del Yo. Otras armas mucho más fuertes harían falta contra el mito que las del optimismo desmitificador de un estrecho racionalismo economicista que pretende luchar contra el mito simplemente negando su poder real incluso en el pasado, y cuya manifestación historiográfica es suprimir, por anecdótica, la narración de las batallas. Entre tanto, han logrado que la racionalidad utilitaria se vuelva la ideología enmascaradora de los antiguos demonios renacientes. Pero