Por el contrario, la característica diferencial del moderno objetor de honor parece ser justamente la de alzarse en objeción sin dejar de sentirse autorizado, y en nombre de ese mismo honor que esgrime, a retener bajo su mando y a su disposición la plaza, la guarnición y el armamento. Así pues, en la misma contradictoriedad en que hemos visto que incurre la moderna objeción de conciencia cuando quiere esgrimirse como título bastante para que le sea legitimada al objetor la exención