la descentralización: al presidente le urgía asegurarse en un mínimo de tiempo una aquiescencia pública suficientemente amplia y general, a la vez que le apremiaba poder ofrecer al pueblo algo capaz de tenerlo entretenido. Y así, lejos de retener el tema de la descentralización en los grises límites de la pura reflexión administrativa, optó por servirse de él como instrumento de consolidación y estabilización política, dejandolo desbordarse por el cauce más barato, donde podría, sin embargo,