se saca el saldo final que es considerado como la cifra y el signo de su ser moral completo y acabado, como su veredicto, su verdad única y unívoca y, por tanto, ontológica, únicamente la pena capital, al producir la muerte, permite echar la raya y sacar el total definitivo en el libro mayor de la persona, en que se manifiesta y demuestra finalmente su verdad ontológica: "Ya te lo decía yo que tú terminarías en la horca".