de los humanos. Jano puso su mano en una de las mejillas de Betina y luego sus labios en los labios de la muchacha. Fue un gesto natural; no tenía más fin que el de neutralizar todo el dramatismo que les rodeaba. Gesto que Betina devolvió abrazandose a él. Tanta ascensión en la luz, tanto dulce azul en torno, tanto aire purísimo, para que allí dentro aquellos dos ángeles terribles que flotaban sobre sus cabezas dominaran el mundo y la Historia
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RODEAR.3 - (fig.) Estar incluido [en la esfera personal de alguien]