recordar el significado de aquellos colores. El rojo (la sangre) y el blanco (la nieve). Pero ¿qué sangre y qué nieve eran aquéllas? Sintió de nuevo la necesidad de recuperar el pasado escribiendolo, de rescatar el tiempo solidificándolo en el papel. Y volvía a hacerlo aun a sabiendas de que el orden de escenas y de tiempos se alternaban caprichosamente en su memoria. Había escrito de la música y de la enfermedad de Patrizia, pero