El tercio derecho de la pared del fondo lo ocupa una estantería barata bastante alta, repleta de libros en rústica, papeles y carpetas, Sobre ella, una ventana enrejada más bien pequeña, sin otra función al parecer que la de mejorar la iluminación interior. En el resto de la pared se encaja un deslucido aparador que, según suele suceder en los hogares modestos, además del frutero soporta algunas fotos pequeñas, revistas y otros libros. A su alrededor y sin simetría,