Además, la influencia de los ideólogos en la prensa diaria y semanal es preponderante. De ahí que las formas de expresión popular más socorridas sean el rumor y el chiste. Aclaro: no hay dictadura gubernamental sobre la opinión; hay incomunicación entre el México real y los que, normalmente, deberían ser sus voceros e intérpretes. A pesar de todas estas adversas circunstancias, la opinión pública rechaza más y más el patrimonialismo y paternalismo del régimen y aspira a una vida pública libre