preguntó, como si para hablar tuviera que sobreponerse al cansancio. ¡Lo que va de un hombre a otro! ¡Qué diferencia con Bermúdez, el ex embajador en Holanda! Después no entendemos por qué en nuestro país las cosas andan mal. El que recibe sin ganas al compatriota sigue en funciones y un diplomático de la talla de Bermúdez, dado de baja. Lo único que tenían en común esos dos funcionarios era la nacionalidad y la calvicie. Recapacité: «No