del convenio económico con los Estados Unidos de América, gracias a cuyo pacto irían superandose poco a poco parte de las penurias del bendito atraso. Un año antes, en 1952, habían desaparecido las últimas cartillas de racionamiento y se fundaba Televisión Española, aunque hasta 1956 no comenzara su programación regular en la zona del centro. Las aspiraciones de los nuevos burgueses y de sus hijos, de las cuales se había de hacer cómplice la publicidad, se orientaban hacia la consecución de