sino un caso justamente parejo a la de ésta: el de una minoría guerrera de procedencia foránea que no debe su primacía política a la mera usurpación pretoriana de un poder preexistente, sino que por sí misma constituye un poder nuevo, funda un nuevo Estado y forja una nueva nación. Así se ve hasta qué punto la relación de poderes propugnada por Adsuara es la que está incuestionablemente inscrita en el más prístino y más auténtico ser de España y, consiguientemente, en el de