se debe hablar de plata delante de la otra gente", me dijo. Bayardo San Román, en cambio, lo recibió de muy buen talante y hasta con una cierta jactancia. --Casi --dijo--, pero apenas estamos empezando. Al final será más o menos el doble. Santiago Nasar se propuso comprobarlo hasta el último céntimo, y la vida le alcanzó justo. En efecto, con los datos finales que Cristo Bedoya le dio al día siguiente en el