Es hora ya de decir bien alto que la apatía, la falta de inquietud, la frivolidad, el egoísmo, todo eso de que se acusa a nuestra juventud, no lo son por ella misma, sino por quienes no han sabido moldearla... Ni siquiera hemos tenido, como nuestros hermanos anteriores, recuerdos ni el acontecer de la proximidad... Sólo hemos tenido mitos, inmensos mitos que se nos han ido desinflando... Las últimas promociones están ya hartas de mitos, de