chica de postguerra, desasosegada por los espinosos dilemas de la elección, se le podían consumir los mejores años de su juventud. Para entretener la espera de lo definitivo (la aparición de aquel hombre interesante de las novelas), se entregaba a diversiones ocasionales con algún acompañante simpático y trivial, a quien utilizaba como puente de acceso a las regiones soñadas. Así satirizaba esta situación el semanario La Codorniz: La vida está llena de muchachos que bailan bien, que saben cuentos estupendos
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ENTREGAR.2a - (Fig.) Dejar(se) dominar [por un determiando estado o sentimiento]