las uñas, cerciorarse ante el espejo de que no le ha crecido una verruga y contemplar desde la ventana de su estudio el casquete de mazapán de la Opera- le vemos prevenir por escrito a la invisible esposa su gallarda resolución de protestar. La gabardina y sombrero de fieltro con que habitualmente se identifica no serán vistos esta tarde por la Rue de la Lune, la Place du Caire o la Porte Saint Denis; una vez en la calle, ocupada todavía por los forofos