Texto contextualizado: |
punto su impaciencia con una experta llave de karateka, que dará inopinadamente con sus huesos en tierra y le dejará apabullado. Si todavía no comprende qué pasa y, desde tan ridícula y humillada postura, protesta contra el supuesto atropello, proclama su inocencia a gritos y, lo que es más grave, se lleva torpemente la mano al bolsillo para mostrar documentos que acrediten su indiscutible condición doméstica, ese necio e impulsivo ademán corre el riesgo de ser, y será, muy distintamente |
PAI:029.01 |