que parecía una franja blanca: el borde superior de las paredes medianeras, que sobresalía de las baldosas unos veinte o treinta centímetros. Había tres terrazas más. Dos en frente, una a la derecha. Todas eran idénticas y estaban rodeadas de idénticas franjas blancas. Para dejar ver que mantenía mi libertad de criterio, dije: --Parecen canchas de tenis. --Con la salvedad --contestó, con una sonrisa-- que tienen garitas. En cada terraza había una, de