unos días de sombras, de músicas, de ruinas. Desdobló la primera de las cuartillas y comenzó a leer. «Francesca: quizá vuelvas a ser un reflejo de la que fuiste y me demuestre a mí mismo que no te apagabas, que el destino no nos separaba para siempre a medida que ambos --estando juntos-- nos íbamos quedando completamente solos en aquel caserón de Via Cappuccio, en el centro de Milán. Al final te llevaron --¿o permití que te
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APAGAR.3c - Perder su viveza [alguien o una parte de él]