mocear -sonríe, al verse descubierto-, nos gustaba salir de la taberna para ir a mear detrás de la escuela. Sabíamos que la maestra nos espiaba y la dejábamos ver bien nuestras cosas... Se iba haciendo solterona y andaba salida, pero no se atrevía a echarse un hombre: era antes de la guerra. Además, no valía para casa de labrador, por demasiado señorita. Sin dinero y fea, no tenía arreglo, la pobre. -No